Hará aproximadamente tres años nacía desperta ferro ediciones, un modesto pero ambicioso proyecto editorial que pretendía llenar el vacío existente en nuestro país en cuanto a publicaciones de historia militar rigurosas y de calidad. esa, al menos, era la excusa de sus tres editores para, en la práctica, hacer realidad sus sueños: por un lado dar a luz aquella revista que como lectores querrían poder degustar y, por otro, desafiar a la crisis y, sin subvenciones ni respaldo financiero, crear una empresa viable que supusiera una fórmula de autoempleo alternativa y directamente relacionada con su formación académica y su pasión, la historia. meses después nacía la revista desperta ferro (ahora rebautizada como desperta ferro antigua y medieval), que en poco más de dos años se ha convertido en un referente indiscutible gracias a una novedosa fórmula que combina el rigor académico y la profundidad en los temas a tratar con una imagen innovadora y atractiva, especialmente de la mano de sus ilustraciones y cartografía histórica. mientras todo parece contraerse, desperta ferro se expande con el nacimiento de nuestra nueva cabecera, desperta ferro historia moderna, que manteniendo la misma filosofía y metodología de trabajo que nos ha llevado hasta donde estamos, nos llevará a adentrarnos en una nueva y apasionante época, desde comienzos del siglo xvi hasta finales del siglo xix, testigo de un vertiginoso proceso de transformación económico, social, político y, por supuesto, militar, a escala planetaria. nuestro primer año contemplará temas tan variados en lo geográfico y lo cronológico como la guerra de secesión norteamericana, la guerra de sucesión española, las guerras napoleónicas en 1813, el japón del siglo xvi o la batalla de lepanto, sin olvidarnos del presente número, dedicado a un tema tan arraigado en el imaginario colectivo de todos nosotros como es la guerra de flandes. nobleza obliga.